LAS PALABRAS DE YAHSHÚA - LECCIÓN 17 - NO OS AFANEIS POR NADA

 Las buenas nuevas (evangelio) deben ser conocidas por todos, porque esta es la Voluntad de Dios. Por ello en la CCL2O nos proponemos enseñarlas.

En esta oportunidad estaremos hablando acerca de las Palabras que nos dejó el Adón, Yahshúa Ha Mashiaj.

¡Las palabras del Señor son Espíritu y son Vida!!! (Juan 6:63)

 

EL SERMÓN DE LA MONTAÑA

Con esta porción terminamos el capítulo 6 de Mateo. El capítulo 7 continuará la semana próxima, y aún, se mantiene el sermón de la montaña.

El Señor sabe que, todos tenemos ansiedad por nuestro sostenimiento, y que esa inquietud se manifiesta en dos aspectos: qué comeremos y qué vestiremos.

Pero él nos tranquiliza, diciendo...

PORCIÓN ESCOGIDA: Mateo 6: 25 - 31

²⁵ Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Como veremos en el verso siguiente, el Señor dice que es DIOS mismo quien alimenta a las aves. Pero, aquí, hay algunas cosas de interés. El Señor no usa, en su comparación, cualquier otro animal, sino a las aves ¿Por qué? Porque los hijos son representados por las aves. Estas son los púnicos animales creados, que pueden despegar del suelo y surcar el aire. Son los únicos que pueden desplazarse grandes distancias, sin usar un medio de locomoción. Así pues, las aves son como los hijos del reino, y el resto de los animales, como los hijos de la tierra, del mundo.

Por otro lado, acá no dice que las aves no buscan, sino que DIOS cuando ellas buscan, ÉL les suple el alimento. Algunos hijos se sientan a esperar a que llegue la bendición, pero eso no es lo que dice en este texto.

²⁶ Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

El Señor dice que no es agradable a Dios el afanarse por las cosas, o más bien por conseguirlas. ¿Quién sale a buscar creyendo que DIOS le proveerá? Esto es lo que agrada a DIOS. Pero, buscar con miedo e inseguridad, no es agradable. Por ello, por mucho que uno se esfuerce, de nada vale, sino la confianza en el Padre Creador.

²⁷ ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?

El orden natural que DIOS ha impuesto a las cosas, debe también determinar nuestra confianza. Así como DIOS alimenta a las aves, y hace crecer a los lirios, asimismo DIOS alimentará a los suyos. Este es el orden natural.

²⁸ Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;

²⁹ pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

³⁰ Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

Ahora, el Señor, hace una comparación entre los linajes. Recordemos que estas palabras se las dijo, primeramente, al linaje de Israel, por lo que él, seguidamente, va a clasificar a los 2 linajes. El santo, que es de arriba, que es Israel, y el gentil que corresponde a los hijos del mundo.

La instrucción que viene ahora es dada a Israel

³¹ No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

Luego, entran los linajes de abajo.

³² Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

³³ Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Y, por último, concluye diciendo

³⁴ Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

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¡Excelente lección!

 

PREGUNTAS:

1.       ¿Qué cosa manda, directamente, el Señor?

2.       ¿Crees que la comparación con las aves fue casual, sin una segunda intención?

3.       ¿Qué es lo que no podemos hacer?

4.       Escribe una comparación que podrías hacer tú, sin usar las que dio el Señor

5.       A quién le dio, inicialmente, el Señor, este mandato.

6.       ¿Quiénes hacen las cosas que él manda no hacer?

7.       En fin, ¿cuál es tu conclusión, respecto de esta enseñanza?