LAS PALABRAS DE YAHSHÚA - LECCIÓN 14 - NO HACER TESOROS EN LA TIERRA
Las buenas nuevas (evangelio) deben ser conocidas por todos, porque esta es la Voluntad de Dios. Por ello en la CCL2O nos proponemos enseñarlas.
En esta oportunidad estaremos hablando acerca de las Palabras que nos dejó el
Adón, Yahshúa Ha Mashiaj.
¡Las palabras del Señor son Espíritu y son Vida!!! (Juan
6:63)
EL SERMÓN DE LA MONTAÑA
Continuamos en el sermón del Monte, en el capítulo 6. El Señor toca el tema
de la futilidad de vivir como si la tierra fuese nuestro único y definitivo
hogar-.
PORCIÓN ESCOGIDA: Mateo 6: 19-21
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni
hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también
vuestro corazón.
Ante estas palabras, cualquiera podría preguntarse, si no nos conviene
tener la tierra como nuestro hogar, y hacer nuestra vida acá, ¿entonces para
qué nos mandaron? Claro está que nosotros no sabíamos que vendríamos para acá
y, por ello, quizá argumentáramos que es injusto el cuestionamiento.
Sin embargo, esto debemos analizarlo a la luz del evangelio eterno y las 2
generaciones. Sin este conocimiento, es inútil poder responder a la exigencia y
cualquier explicación que demos será un tanto vacía.
El mandamiento es imperativo: “No os hagáis tesoros en la tierra”
¿Por qué se nos manda esto? Porque nosotros, los hijos de Dios por la fe en
Yahshúa, no pertenecemos a esta tierra, sino a los cielos.
Recordemos que la tierra fue hecha para albergar a los ángeles rebeldes,
pero que Dios en su inmensa sabiduría ideó un plan. Este consistió en crear una
segunda generación de hombres, diferentes a los originales (los ángeles), a
través de los cuales un hombre vendría, que vencería al pecado y a la muerte y
resucitaría y de esa manera derrotaría a los enemigos de Dios.
¡Si, esto significaría la derrota del satanismo!!!
Obedecer la instrucción define quien es hijo de Dios y quién no. Veamos
porqué.
Quien ame a este mundo, no ama a Dios, porque este mundo fue hecho en
maldad, para poder recibir a los ángeles. En consecuencia, la generación del
diablo, que surgió en Edén, pertenece a este mundo, en tanto que la
descendencia de Adán y luego la que es de la fe, es de arriba. No pertenece a
este lugar.
Los hijos de Dios deben estar conscientes que de arriba vinieron y a arriba
deben regresar.
Somos de Arriba: Por ello el tesoro nuestro debe estar arriba. Pero, ¿Quién
está atesorando para los cielos?
¡Todos atesoramos para la tierra!!! En la tierra estudiamos y nos hacemos
profesionales. En la tierra compramos casa y carro. En la tierra fundamos
comercios y tratamos de enriquecernos.
En la tierra hacemos familia. En la tierra envejecemos y aun siendo ancianos y
estando próximos a morir, nos aferramos a este mundo, desesperadamente.
Si, ¡Es verdad, hacemos tesoros en la tierra! Y vivimos como para nunca
querer salir de acá.
Pero, Dios nos mandó a venir, pensando en que debíamos regresar. Para ello
envió a su Hijo.
Por ello debemos hacer tesoros en los cielos. Esos tesoros se hacen
mediante las obras de amor. El anhelo de cada uno de nosotros debe ser querer
regresar al Padre y no aferrarnos a este mundo, como si no existiera nada más.
Estar con el Padre y con el Hijo Yahshúa debe ser nuestro tesoro.
¡Excelente lección!
PREGUNTAS:
1.
¿Dónde no debemos hacernos tesoros?
2.
¿Crees que la polilla y el orín reflejan la
condición degradada de la tierra?
3.
¿Dónde debemos hacernos tesoros?
4.
¿Por qué?
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