EL LIBRO DE ENOC - Capítulos 60 - Segunda Parte - Los Grandes Monstruos
Escritos Alternativos
El Libro de Enoc
Capítulos 60
Segunda Parte
Hoy
daremos continuidad a lo que iniciamos en la edición pasada, acerca del
capítulo 60. En esta oportunidad Enoc toca a dos temibles monstruos que habitan
en la tierra y que, para que no haya duda, aparecen en las Sagradas Escrituras.
Leamos:
Capítulo
60
7 Ese
día se harán salir separados dos monstruos, unos femenino y otro masculino. El
monstruo femenino se llama Leviatán y habita en el fondo del mar sobre la
fuente de las aguas.
8 El
monstruo masculino se llama Behemoth, se posa sobre su pecho en un desierto
inmenso llamado Duindaín, al oriente del jardín que habitan los elegidos y los
justos, donde mi abuelo fue tomado, el séptimo desde Adán el primer hombre a
quien el Señor de los espíritus creó.
9 Le
supliqué a otro ángel que me revelara el poder de esos monstruos, cómo fueron
separados en un solo día y arrojados el uno al fondo del mar y el otro al suelo
seco del desierto.
10
Me dijo: "Hijo de hombre, aquí vas a conocer los que es un misterio".
Ese día al cual se refiere
acá Enoc, fue mencionado en el verso 6, que dice:
6
"Pero cuando venga el día, del poder, del castigo, del juicio que el Señor
de los espíritus ha preparado para aquellos que no se inclinan ante la ley de
la justicia, para aquellos que rechazan el juicio de la justicia y para
aquellos que toman su nombre en vano, ese día está preparado para los elegidos
un pacto, pero para los pecadores castigo.
Es el día del juicio, del
gran juicio, contra los descendientes de Caín, contra la progenie hecha a imagen
y semejanza de los satanes. En ese día serán mostrados los dos grandes
monstruos que han sido preparados para ese momento. De estos, hablan las
Sagradas Escrituras.
Veamos:
El Leviatán:
El primero aparece cuando Job
se maldice a si mismo y, al día cuando nació:
¡Oh, que fuera
aquella noche solitaria, que no viniera canción alguna en ella! Maldíganla los que maldicen el día. Los que
se aprestan para despertar a Leviatán. (Job 3:8)
El segundo ocurre cuando Dios
le respinde a Job, desde el torbellino:
41 ¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, o con
cuerda que le eches en su lengua? ¿Pondrás tú soga en
sus narices, y horadarás con garfio su quijada? ¿Multiplicará él ruegos para
contigo? ¿Te hablará él lisonjas? ¿Hará pacto contigo para que lo tomes por
siervo perpetuo? ¿Jugarás con él como con pájaro, o lo atarás para tus niñas?
¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Lo repartirán entre los mercaderes? ¿Cortarás
tú con cuchillo su piel, o con arpón de pescadores su cabeza? Pon tu mano sobre
él; te acordarás de la batalla, y nunca más volverás. He aquí que la esperanza
acerca de él será burlada, porque aun a su sola vista se desmayarán. Nadie hay
tan osado que lo despierte; ¿Quién, pues, podrá estar delante de mí? (Job
41:1-10)
El tercero
es un masquil de Asaf, que aparece en el salmo 74, que dice:
Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de
monstruos en las aguas. Magullaste las cabezas del leviatán, y lo diste por
comida a los moradores del desierto. (Salmo 74:13,14)
El cuarto
aparece en el Salmo 104, en el cual se alaba la obra de Dios. Allí en los
versos 24 al 26 dice:
¡Cuán
innumerables son tus obras, oh Yahweh! Hiciste todas ellas con sabiduría; La
tierra está llena de tus beneficios. He allí el grande y anchuroso mar, en donde
se mueven seres innumerables. Seres pequeños y grandes. Allí andan las naves;
Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
El último
es mostrado en el libro de Isaías y, sin duda, parece que este autor conocía el
contenido del libro de Enoc, porque cita, precisamente, el momento del juicio
contra los enemigos de Dios y como, en ese momento, es soltado el leviatán.
Debemos comenzar
con el último versículo del capítulo 26, para luego hacer la conexión con el
27, que es donde se encuentra la porción mencionada.
21 Porque he aquí que Yahweh sale de su lugar para castigar
al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la
sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. (Isaías
26:21)
En aquel día Yahweh castigará con su espada dura, grande
y fuerte al leviatán(A) serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y
matará al dragón que está en el mar. (Isaías 27:1)
El Behemot:
Acerca del Behemot, solo hay
un versículo en los Sagrados Escritos y, se encuentra en Job 40. Este momento
se corresponde al instante cuando Dios le responde a Job desde el torbellino.
Allí dice:
He
aquí ahora Behemot, el cual hice como a ti; hierba come como buey. He aquí
ahora que su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su
vientre. Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus muslos están
entretejidos. Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de
hierro. (Job 40:
15-18).
Estos monstruos, sin duda,
son verdaderos, aunque desde siempre han permanecido ocultos. No obstante, el
momento de su aparición, es tan notorio que pareciera que tanto el día de su
aparición, como el evento que ocurre, están conectados.
¿Se podría decir que tanto el
leviatán como el behemot, tienen su significado en la rebelión de los ángeles
y, por consiguiente, en la obra hecha sobre la tierra, trayendo una
descendencia y una humanidad fuera del plan de Dios? No lo sabemos.
Sin embargo, como ya hemos
dicho, hay una conexión entre el momento del juicio a los injustos, con estos
dos seres.
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